En medio del Río de la Plata, en la confluencia con el Río Uruguay, la Isla Martín García reflota un fragmento de la historia argentina. Avistada por primera vez por Juan Díaz de Solís, en 1516, el lugar fue eje durante cuatro siglos del tránsito fluvial de los ríos Paraná y Uruguay debido a su ubicación estratégica, lo que también ha generado diversas disputas.
Un breve repaso refleja, en primera instancia, la disputa entre los imperios coloniales de Portugal y España; fue Don Pedro de Cevallos, primer Virrey del Río de La Plata, quien la convirtió en sitio fortificado y guarnición militar; el Almirante Brown libró allí la histórica batalla contra los realistas, en 1814; a principios del siglo XIX fue terreno de las guerras civiles y del bloqueo anglo-francés, mientras que entre 1865 y 1870 tuvieron lugar diversas acciones durante la Guerra del Paraguay.
Luego también funcionó un hospital: en 1874 se construyó un lazareto y crematorio destinados a controlar las enfermedades infectocontagiosas que asolaban a la población de la época (epidemia de la fiebre amarilla). Y otra de sus funciones más destacadas fue la de presidio (Presidio del Río de la Plata), habiendo recibido el primer contingente de penados en 1765.
Y así fue elegida -una y otra vez- para confinar figuras políticas que ejercieron el poder: en el golpe de estado de 1930, alojó a Yrigoyen; años más tarde fue el turno del ex presidente Marcelo Torcuato de Alvear; cuando derrocaron a Perón, en 1945, también fue alojado allí mientras que en la década del 60 Arturo Frondizi estuvo privado de su libertad durante un año y medio.
A su vez, allí se ha establecido un faro que funcionó desde 1897 hasta 1938, un cementerio tapado por una crecida en 1887 y que 12 años después se reconstruyó en donde hoy se encuentra, y hasta el Cine Teatro General Urquiza -que hoy es un salón y centro comunitario-. Incluso Domingo Faustino Sarmiento la soñó como “Argirópolis”, capital de lo que hubiese sido una nueva nación integrada por Argentina, Uruguay y Paraguay.
El lugar tiene una superficie de 184 hectáreas y una población estable de unas 160 personas, en donde la mayor parte son familias que trabajan en el mantenimiento, la administración y la protección del archipiélago, que cuenta con una escuela, una capilla, una salita médica y un comedor, entre otras cosas.
En definitiva son más de 200 especies de aves y pájaros que pueblan la isla y 150 especies de mariposas -entre las que se destaca la bandera argentina-. También se puede apreciar lagartos overos entre senecios, marcelas y algunos espinillos, mientras que los caminos silenciosos posiblemente permitan el cruce de algún ciervo, carpincho, cuis y hasta la temible yarará, de gran presencia.
“La isla se originó hace 1800 millones de años como un conjunto de rocas más sólidas que las islas aluvionales del Delta del Paraná. Su basamento rocoso es el más antiguo de Sudamérica, con 27 metros sobre el nivel del mar. Tiene plantas xerófilas y 800 especies arbóreas, arbustivas y hierbas, y su biodiversidad es incalculable: un diez por ciento de su superficie está destinada al estudio científico”, le contaba la guía local, María Elena Reus, a Infobae.
Un sitio que es visitado por cerca de 20 mil personas al año, que además de recorrer a pie los rincones -sea por su cuenta o a través de guiadas-, pueden hacer lo propio en bicicleta e incluso planear salidas en kayak.
Cómo llegar
Más info